Mis padres tenían mucha preocupación y los miedos evidentes por el tipo de
vida que yo seria capaz de llevar. Dios les proporciono la fuerza, sabiduría, y
valor a través de esos tempranos años y poco después que yo tenia la edad
suficiente para ir a la escuela.
La ley en Australia no me permitió ser integrado en una escuela de la calle
principal debido a mi incapacidad física. Dios hizo los milagros y le dio la
fuerza a mi mama de luchar para que la ley fuera cambiada. Yo era uno de los
primeros estudiantes inválidos en ser integrado en una escuela de la calle
principal. Me gusto ir a la escuela, y simplemente intente vivir la vida con
todos los demás, pero estaba en mis primeros anos de escuela donde encontré
muchas ocasiones de sentirme rechazado, sentirme raro y todo debido a ser
diferente. Mi físico era muy difícil para acostumbrarme a ello, pero con el
apoyo de mis padres, yo empecé a desarrollar las actitudes y valores que me
ayudaron a superar estos tiempos desafiantes. Supe que era diferente pero en el
interior yo me sentía simplemente como los demás
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